lunes, 20 de febrero de 2012

Crítica sobre Cortometraje “FIN” de Gabriella Martí, 1998.



DUEÑA DEL TIEMPO.

Interesante propuesta la que nos propone Gabriella Martí en su corto. El narrar una determinada situación, como es la muerte de una anciana, utilizando el sentido inverso del tiempo, es bastante sugerente, aunque no es nueva. La utilización de este efecto por parte de la directora es bastante acertado, y ya desde los créditos iniciales en los que vemos el equipo de realización del corto en sentido inverso, ya podemos intuir, aunque no confirmar, como se nos va a contar la historia.
Más adelante con la anciana devolviendo la Sagrada Forma propia del sacramento de la extrema unción o el momento en el que un mozo de la limpieza parece introducir el líquido de un limpiacristales en el interior de un pulverizador, ya podemos confirmar nuestra intuición, y presenciar con sorpresa como los efectos cotidianos se suceden al contrario de lo esperado, como por arte de magia. Cuando se utiliza este efecto se consigue jugar con nuestras suposiciones e indicios, acerca de la historia que estamos viendo, y más si la historia esconde una intriga o un secreto que suponemos se nos desvelará al final o casi al final del corto, (como así ocurre), pero mientras llega y no, nos preguntamos constantemente: ¿Porqué muere la anciana de la historia? ¿Tiene alguna enfermedad? ¿Se ha hecho demasiado vieja?¿La persona que la cuida tiene algo que ver en su muerte?...  
La presencia de la música, y el cambio del color de la fotografía para diferenciar los espacios por donde transita la acción, el interior del hospital; en blanco y negro, y el exterior, en color; son otros de los recursos empleados por la directora de manera intencionada, aunque decir, que en el caso de la fotografía, la utilización resulta algo gratuita.
Finalmente añadir que viendo la proyección me vinieron a la mente dos obras que utilizaban el mismo efecto, pero de una forma más amplia y reflexiva, en el sentido de dotar de significado una obra; una es la película “El caso de Benjamin Button” de David Fincher, de 2008, en la que personaje interpretado por Brad Pitt experimenta en sus propio cuerpo el efecto de “tiempo inverso”;  y otra, es un corto de Álex Pastor Vallejo, muy galardonado en diversos festivales y estrenado en el 2004, cuyo título es “La ruta natural”. 
A pesar de ello hay que destacar que el corto de Gabriella Martí, aventaja a estas dos obras en unos años, por lo que también es de reconocer.
                                                                                              

Antonio J. Mérida Rodríguez.

distrayendo al tiempo en sus más diversas variables