DUEÑA DEL TIEMPO.
Interesante propuesta la
que nos propone Gabriella Martí en su corto. El narrar una determinada
situación, como es la muerte de una anciana, utilizando el sentido inverso del
tiempo, es bastante sugerente, aunque no es nueva. La utilización de este
efecto por parte de la directora es bastante acertado, y ya desde los créditos
iniciales en los que vemos el equipo de realización del corto en sentido
inverso, ya podemos intuir, aunque no confirmar, como se nos va a contar la
historia.
Más adelante con la
anciana devolviendo la Sagrada Forma propia del sacramento de la extrema unción
o el momento en el que un mozo de la limpieza parece introducir el líquido de
un limpiacristales en el interior de un pulverizador, ya podemos confirmar
nuestra intuición, y presenciar con sorpresa como los efectos cotidianos se suceden
al contrario de lo esperado, como por arte de magia. Cuando se utiliza este
efecto se consigue jugar con nuestras suposiciones e indicios, acerca de la
historia que estamos viendo, y más si la historia esconde una intriga o un
secreto que suponemos se nos desvelará al final o casi al final del corto, (como así ocurre), pero mientras llega y no, nos preguntamos constantemente:
¿Porqué muere la anciana de la historia? ¿Tiene alguna enfermedad? ¿Se ha hecho
demasiado vieja?¿La persona que la cuida tiene algo que ver en su muerte?...
La presencia de la
música, y el cambio del color de la fotografía para diferenciar los espacios
por donde transita la acción, el interior del hospital; en blanco y negro, y el
exterior, en color; son otros de los recursos empleados por la directora de
manera intencionada, aunque decir, que en el caso de la fotografía, la utilización resulta algo gratuita.
Finalmente añadir que
viendo la proyección me vinieron a la mente dos obras que utilizaban el mismo
efecto, pero de una forma más amplia y reflexiva, en el sentido de dotar
de significado una obra; una es la película “El caso de Benjamin Button” de
David Fincher, de 2008, en la que personaje interpretado por Brad Pitt
experimenta en sus propio cuerpo el efecto de “tiempo inverso”; y otra, es un corto de Álex Pastor Vallejo,
muy galardonado en diversos festivales y estrenado en el 2004, cuyo título es “La ruta natural”.
A pesar de ello hay que destacar que el corto de
Gabriella Martí, aventaja a estas dos obras en unos años, por lo que también es
de reconocer.
Antonio J. Mérida Rodríguez.
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