Dentro del aula. ¿A través del documental o de la ficción?
Es la segunda crítica en la que comienzo con un
interrogante. Eso significa que la película que he visto me ha hecho pensar, y
me ha planteado por lo menos una duda. Quizás no haya encontrado la respuesta
en la propia película. Decepción repentina. Lo que significa que tendré que
indagar en lo que acabo de ver para ver si puedo extraer conclusiones propias.
Algo así, me ha pasado con la película de Laurent Cantet. Lo admirable de todo
ello, es que este film más allá de la duda con la he encabezado la crítica y
que alude a una cuestión de género y formato, me ha suscitado más interrogantes
que intentaré desgranar o por lo menos plantear a lo largo del desarrollo de
esta crítica.
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Laurent Cantet rodeado de los chicos de su última película, tras recibir La Palma de Oro en Cannes. 2008 |
La clase es una película de 2008. Se alzó con el máximo
galardón en uno de los festivales de cine más exquisitos y selectos del
panorama actual: El festival de Cannes. Ese festival que es capaz de rescatar,
y por si fuera poco premiar propuestas casi invisibles, que provienen de
Tailandia, como la película de Apichatpong Weerasethakul: El Tío Boonme recuerda sus vidas pasadas, 2010. O que se atreve en 1961
premiar la polémica y no – querida en la España de esa época: Viridiana de Luis
Buñuel; decidió otorgar en su 61ª edición la Palma de oro a la película de
Laurent Cantet. Hacía 22 años que no se le concedía a una película francesa. Este director francés, hijo de profesores, y
con cuatro largometrajes a sus espaldas, incluido el que nos ocupa en esta
crítica, conoció a Françoise Bégaudeau durante el estreno de Hacia el sur (Cantet, 2005). Bégaudeau,
profesor de instituto, presentaba por aquellos años la novela Entre les murs que narraba la experiencia de un profesor en un
colegio de adolescentes. Lejos de otros libros de institutos en los que los
profesores tratan de llevar a cabo su venganza particular contra todos esos
chavales que han saboteado su autoridad, el libro de Françoise huye de estos
instintos de venganza y trata de narrar la experiencia, con momentos de rabia
pero también de felicidad, de un profesor dentro de las aulas en las que
impartió clases. Cantet, meditando desde años atrás querer hacer una película
de institutos, quedó la mar de satisfecho con la lectura del libro, y decidió
trabajar mano a mano con Françoise para sacar adelante la película.
La película en sí, es el retrato de un pequeño universo en
el que conviven una serie de chavales/as en una difícil edad junto a la
presencia de unos adultos que no conocen y que serán sus profesores en
diferentes asignaturas. En lugar de dispersar la acción a través de las clases
de los diferentes profesores, el film y la novela se centran en el día a día de
un profesor de francés. Françoise, que así se llama, tratará de impartir las
clases tratando de establecer un diálogo con los alumnos, fomentando una
participación activa que le lleva en muchas ocasiones a introducirse en unos
asuntos delicados que incomodarían a cualquier profesor, pero no a Françoise.
Recordar por ejemplo, la escena en la que un adolescente negro, que luego
cobrará mayor importancia en la trama, pregunta al profesor si es homosexual, a
lo que el profesor responde que no, con la mayor normalidad posible, sin
sentirse atacado por ello. Por tanto, el diálogo y la aplicación de un sistema
de enseñanza basado en el tú a tú y
no en una relación de dominancia profesor-alumno se convierten en las claves de
este joven profesor. Muchos otros profesores, también intentan hacer algo
parecido al principio del curso; recordar el inicio de la película en el que se
ve el entusiasmo de todos ellos, pero van desistiendo a medida que avanza el
curso entre frustraciones y malas experiencias. Dentro de esta convivencia que
muchos han decidido relacionar con la sociedad francesa actual, tiene lugar el
tratamiento de numerosos temas que forman parte del día a día de cualquier
adolescente, como el fútbol, el aislamiento social, los complejos físicos, la
falta de motivación académica, la necesidad de liderazgo… Françoise lanza la
pelota a esto chavales una y otra vez, con la intención de llevarlos lejos y
hacerlos pensar lo máximo posible. Todo se trunca, aunque ya se veía venir, el
día en el que una discusión va más allá de lo que debería y el personaje de “Souleymane”
golpea involuntariamente a una chica en
la cara provocándole un reguero de sangre. A ello le sigue un consejo escolar,
donde las interpretaciones del hecho y el juicio del mismo por parte de
profesores y afectado decide llevarse a cabo bajo la autoridad propia del
sistema educativo, y en la que se decide que Souleymane sea expulsado del
colegio y con suerte trasladado a otro colegio, aunque el peor de los casos
apunta por ser obligado a volver a su país de origen: Malí.
¿Fracasa de este modo el sistema de enseñanza propuesto por Françoise? No lo sé… aún sigo preguntándomelo. El hecho aún se hace más dudoso al final de la cinta, cuando el profesor pregunta a alumno por alumno que es lo que han aprendido a lo largo del año, y la mayoría responde sobre contenidos teóricos, matemáticos o químicos, como cosas el tipo: He aprendido que la suma de los catetos al cuadrado en un triángulo rectángulo es igual a la hipotenusa al cuadrado, y cosas del estilo; cuando lo realmente aprendido y que verdadero valor va a tener en sus vidas va a ser todo ese cúmulo de experiencias vitales dentro del aula en la que Françoise ha sido un mero arbitro, y que solo ha tratado de llevarlos más allá en cada una de esas situaciones.
¿Fracasa de este modo el sistema de enseñanza propuesto por Françoise? No lo sé… aún sigo preguntándomelo. El hecho aún se hace más dudoso al final de la cinta, cuando el profesor pregunta a alumno por alumno que es lo que han aprendido a lo largo del año, y la mayoría responde sobre contenidos teóricos, matemáticos o químicos, como cosas el tipo: He aprendido que la suma de los catetos al cuadrado en un triángulo rectángulo es igual a la hipotenusa al cuadrado, y cosas del estilo; cuando lo realmente aprendido y que verdadero valor va a tener en sus vidas va a ser todo ese cúmulo de experiencias vitales dentro del aula en la que Françoise ha sido un mero arbitro, y que solo ha tratado de llevarlos más allá en cada una de esas situaciones.
Si el contenido de la película da para reflexionar durante
largo rato, el formato de la misma tampoco se queda corto en cuestiones
reflexivas. Cuando veía la película me preguntaba constantemente, ¿Cuánto hay
de verdad en lo que estoy viendo? ¿Es una ficción o un documental? ¿Hay una
cámara sobrevolando el interior de una clase real? ¿Estamos ante chicos que son
actores reales o son así realmente?. Algunas de estas dudas las he ido
disipando a medida que he leído en Internet diferente información sobre el proceso
de creación de la película, como fue la organización de talleres y la
convivencia con los chicos antes del rodaje, la improvisación de muchas
situaciones regidas sólo por un punto de partida marcado por el director del
film… Todo ello hace que nos encontremos ante una formato de docudrama, que no
lo es como tal porque los chicos no son en realidad los personajes que
interpretan y solo comparten con ellos puntos tangenciales, alejando (y he aquí
lo difícil) el contenido y el quehacer de la película de cualquier docudrama
adolescente de la parrilla televisiva actual como Hermano Mayor o El campamento,
ambas en Cuatro, en los que el morbo y la moraleja “facilona” es lo que se
pretende. Por el contrario, la propuesta de Cantet va mucho más allá,
planteando ante todo la reflexión del espectador bajo unas imágenes y unos
momentos que respiran frescura, espontaneidad y vitalidad.
Cachis!No puedo pillar nada, esta crítica es tú y lo leído por ti.
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